Güeno, güeno, ante la amenaza de Don Jose Maria, de acudir con su compinche de andanzas a un establecimiento (seguramente) ilegal, quiero arrojar algo de luz sobre el tema. El apasionante mundo de los FURANCHOS, también conocidos como LOUREIROS.
Estos establecimientos “hosteleros” se caracterizan, en teoría, por vender los excedentes del vino que producen para consumo propio, lo venden en sus propios domicilios y no pueden servir comidas.
Hace unos meses se pudo ver una concentración de Furancheiros (dueños de Furanchos) quejándose amargamente de ley que el gobierno de la xunta redacto para regularizarlos y desenmascarar los restaurantes ilegales y permitir que los Furanchos existan legalmente, voy a explicaros brevemente los puntos a cumplir por cualquier Furancho.

Evidentemente si puedo vender mi vino, quiere decir que tengo viñedo ¿no?, en Europa la plantación de viñedo esta regulada para evitar que se incrementen los excedentes de vino (estos de destinan a destilación para obtener el alcohol base para bebidas espirituosas), por esto se implanto los derechos de plantación, de modo que si yo quiero plantar viñedo tengo que comprar a otra persona esos derechos y esa persona arrancar su viñedo, con lo que no aumentaría la producción. Esto lo regula la conselleria de medio rural. Con lo cual para poder tener un furancho tenemos que ser titulares de un viñedo registrado en la conselleria de medio rural, donde por supuesto figura su extensión. Primer problema ya que muchos no tienen viñedo y se dedican a comprar graneles y revenderlos (coño eso tiene pinta de ser un bar), si alguien quiere comprar que se acerque a la calle donde vivía hace tiempo Elías, la paralela a San Antoniño.
Una vez tenemos el vino (que habremos hecho como dios nos dio a entender pero por supuesto sin química, a pesar de que la transformación del mosto en vino, por que las levaduras presentes en la uva convierta el azúcar en alcohol, sea un proceso químico) podremos venderlo en el furancho, por supuesto no todo el año, es una actividad excepcional para eliminar un excedente, el vino se supone que se acabara, por cierto la época es ahora cuando el vino joven empieza a estar listo, no en verano cuando llegan los turistas.

Como es normal el furancheiro cobra por ese vino, aunque sea poco, por lo que tendríamos que darnos de alta en el IAE (Impuesto de Actividades Económicas) e incorporar esos beneficios a nuestra declaración para pagar impuestos. Coño pagar por montar un furancho, entonces no es negocio, ya pero en teoría es para salir de los excedentes no para montar un negocio rentable.
Lo siguiente es acondicionar un local para nuestro furancho, el único al que fui yo unas niñas de unos 10 años tomaban nota de los pedidos, mientras dos señoras cocinaban en unos fogones montados en la entrada del furancho. Si voy a dar un servicio publico tendré que cumplir la normativa de sanidad y de industria, en este caso seria la mas baja posible, esto es la categoría de Taberna, tendré que tener un seguro de responsabilidad y unos baños adecuados y limpios, vamos lo mismo que cualquier taberna. Por supuesto (al igual que las tabernas) no podré cocinar nada allí, podré servir comidas no preparadas. Vamos que no puedo convertirlo en un restaurante sin los requisitos e impuestos que ello conlleva.

Esto hace que un Furancho no sea un negocio tan rentable como es montar un restaurante ilegal, yo entiendo que guste tomar unos vinos del país y acompañarlo con una comida económica, pero debería hacerse en los establecimientos legales y que pagan sus correspondientes impuestos, por supuesto que el furancho es mas barato, no paga impuestos, no declara beneficios, no paga trabajadores legales, tiene todo ventajas y ningún inconveniente.
Algo similar pasa con los orujos de casa, que curiosamente no compráis directamente al productor, compráis en una tienda a la que se lo vende un distribuidor, todo el aguardiente sin declarar a hacienda que pillaron en Ourense en una destilería a donde creéis que va a parar, pero con la ventaja de no pagar el impuesto ni tener que cumplir los requisitos de calidad y sanidad imprescindibles en cualquier aguardiente legal.
Menuda chapa he soltado otra vez.
Salud